Resumen:
Miles de pacientes pasan cada año por un consultorio médico. Miles de personas
consultan al médico de por cualquier motivo que afecte en su salud. Y la mayoría
de pacientes dejan un rastro de papeles y pruebas analíticas. El enorme
crecimiento de la actividad asistencial plantea a los consultorios médicos el
complejo problema de almacenar esa ingente cantidad de papeles y datos en
millones de historias clínicas. En la mayoría de los casos, los consultorios se
encuentran desbordados. La falta de espacio, de capacidad humana y de soporte
tecnológico dificulta la gestión, justo cuando las nuevas tecnologías pueden ofrecer
soluciones.
Los consultorios de salud particulares de nuestro país archivan las Historias
Clínicas (HC) de los pacientes en fólderes donde uno encuentra todos los datos,
antecedentes y pruebas que se le pueda realizar al paciente y son de carácter confidencial.
Estos expedientes nunca salen fuera del nosocomio, salvo por motivos de fuerza
mayor, como el traslado del paciente a otro establecimiento, por ejemplo. Esta
forma de archivar las Historias Clínicas de los pacientes en un consultorio limita su
atención, ya que por diversos motivos una persona puede cambiar de lugar de
atención, iniciando así en ese nuevo consultorio otra historia clínica, obstaculizando
su continuidad en la atención, porque se pueden obviar, omitir o pasar por alto
antecedentes importantes realizados en el consultorio del médico anterior.