Resumen:
A lo largo de la historia de la humanidad, el hombre, encontró métodos y herramientas
para expresarse, sin otro objetivo que satisfacer uno de los más ancestrales instintos
de cada ser humano: el de comunicarse.
El graffiti es una expresión artística compuesta por la fusión de texto e imagen que
posee técnica, estilo, concepto y mensaje.
En la ciudad de Quito – Ecuador el graffiti, en términos generales, no es muy
apreciado ni reconocido firmemente como arte, esto sucede, a criterio propio, por dos
razones: la primera es el desconocimiento de lo que es graffiti y lo que representa
históricamente, y la segunda es la mala reputación que el movimiento ha adquirido por
diversas razones.
En los últimos años la ciudad de Quito ha sido testigo de una gran evolución en cuanto
a su infraestructura y la decoración de sus exteriores. De la misma manera ha sido
testigo de la evolución y expansión de una expresión artística como es el graffiti.
Lamentablemente en un punto dentro de esta evolución y expansión, el graffiti perdió
el camino, ocurrió cuando las personas se encontraron con la falta de información y el
desconocimiento de su verdadero origen y significado, lo que ha derivado en una
escasa apreciación y reconocimiento de la mayoría de los ciudadanos en Quito por
diversos motivos como:
La confusión con otras expresiones artísticas y no artísticas.
El mal uso de la técnica de graffiti
El tinte delictivo y clandestino que el graffiti posee.
Escasez de información sobre el graffiti
El desconocimiento de lo que es y representa el graffiti.
Como si fuera poco, a todos estos detalles hay que agregarle las múltiples fachadas y
paredes arruinadas por falsos exponente que no conocen la técnica del arte y han
bombardeado una de las ciudades más hermosas del mundo con malos trazos que no
aportan estéticamente a la belleza visual de los espacios públicos y privados de Quito.
En la ciudad, la evolución del graffiti se ha dado desde el interior de sus exponentes y
las técnicas se han perfeccionado, pero lamentablemente, la desinformación y el
desconocimiento hacen que Quito y sus ciudadanos no puedan visualizar lo que la
verdadera expresión artística y su técnica pueden entregar.