PROGRAMA PILOTO DE INTERVENCIÓN PSICOEDUCATIVA PARA LA PREVENCIÓN DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL EN INSTITUCIONES EDUCATIVAS PARTICULARES DE LA SIERRA ECUATORIANA.

Abstract

Según las estadísticas de Unicef en el Ecuador 6 de cada 10 niñas o adolescentes son proclives de sufrir un abuso sexual, al igual que 4 de cada 10 niños en el Ecuador se encuentran dentro de las mismas circunstancias el hogar resulta ser el espacio de mayor peligro para los niños niñas y adolescentes el uso del lenguaje poco apropiado así como el ocultamiento y los mitos sobre la sexualidad hacen que el desconocimiento se apodere de los niños niñas y adolescentes y no logran captar las situaciones de abuso o índices de maltrato y abuso que pueden sufrir entre miembros de la familia pares familiares o amistades. La escuela es el lugar donde con la observación del docente se puede percibir dichos abusos, como lo señala Fares; “El maltrato crónico provoca una activación frecuente y prolongada de los sistemas de respuesta al estrés que sobrepasan la capacidad del niño de afrontarlo; esto genera una cascada de efectos neurobiológicos, fisiológicos y neuroendocrinos, que impiden una adaptación adecuada del niño al medio desde el punto de vista cognitivo, emocional y conductual”. (Fares Otero, (2016) ). El docente observará por tanto la falta de concentración, atención, la baja del rendimiento académico o el temor a ser tocados, para esto, el Ministerio de Educación ha creado un protocolo para la atención a los niños niñas y adolescentes víctimas de violencia. Sin embargo y a pesar de esto, muchos de ellos siguen siendo revictimizados en sus escuelas. La aplicación de protocolos es insuficiente sin la preparación teórico- practica del docente, donde se rompan los mitos que giran entorno al abuso sexual infantil. La normalización de conductas de abuso y violencia desde la educación han sido causales de noticias constantes dentro de los medios ecuatorianos. Es de vital importancia reconocer que se vive dentro de una sociedad que necesita ser psico educada, para el fortalecimiento comunitario en la prevención del abuso sexual infantil. La violencia según la Organización Mundial de la Salud es el uso intencional de la fuerza física o psicológica contra uno mismo o hacia otra persona, grupo o comunidad, y tiene como resultado dañar, lesionar, causar la muerte, privar o generar un mal desarrollo (Organización Panamericana de la Salud, 2018).