Resumen:
Las investigaciones de los últimos años sobre los procesos atencionales y su influencia en las
actividades cotidianas y de aprendizaje han tenido un interés real. Smith & Kosslyn (2008)
manifiesta que, para el desarrollo del aprendizaje, es necesario que se desencadene un proceso
de codificación de información, cuyo primer paso se centra en la atención y sus procesos
asociados. Bajo la misma premisa, Posner y Boies (1971) sostienen además que la atención como
proceso neurocognitivo desempeña 3 funciones principales: orientación sensorial, selección de
información y mantenimiento del estado de alerta. Al ser la atención un proceso neurocognitivo,
desempeña sus funciones a lo largo de la vida humana, desde la infancia hasta la adultez mayor,
permitiendo mantener la vida y la actividad por lo que esta pueda durar.
Por otro lado, según Damasio (2021) las funciones neurocognitivas habrán madurado en su
totalidad a partir de los 19 años, sobre todo aquellas que tienen su origen en la corteza
prefrontal, entre las cuales se destacan las funciones ejecutivas. Estas funciones son habilidades
cognitivas que permiten autorregular, organizar y evaluar la conducta y el comportamiento,
contribuyendo al desarrollo de flexibilidad y adaptabilidad en el desarrollo de tareas cognitivas
(Alfredo et al., 2020).
Los tipos de atención sostenida y selectiva son considerados habilidades cognitivas, ya que
permiten mantener la atención sin atender al sinnúmero de estímulos presentes en el entorno,
lo que además permite que este proceso pueda constituirse como una de las primeras conductas
innatas que se vuelven voluntarias a lo largo del desarrollo (Alfredo et al., 2020).
Así también, Eckardt et al. (2020) menciona que, a lo largo del proceso de maduración de la
persona, se producen procesos de envejecimiento que se ven directamente relacionados con la
falta de actividad física y cognitiva. En el mismo contexto, Suzuki et al. (2022) ha identificado
que varios de los procesos atencionales se van deteriorando con la edad, probablemente por la
pérdida de reserva y flexibilidad cognitiva en edades maduras. Cabe recalcar que en ambas
investigaciones la muestra obtenida para obtener estas conclusiones involucra en su mayoría
personas en adultez madura y adultez mayor que ha culminado como mínimo un bachillerato
como nivel de escolaridad.
Descripción:
Research in recent years on attentional processes and their influence on
everyday and learning activities have had real interest. Smith & Kosslyn (2008)
states that, for the development of learning, it is necessary to trigger a process
of information coding, whose first step focuses on attention and its processes
associates. Under the same premise, Posner and Boies (1971) further maintain that attention as
neurocognitive process plays 3 main functions: sensory orientation, selection of
information and maintenance of alert status. Since attention is a neurocognitive process,
It performs its functions throughout human life, from childhood to adulthood,
allowing life and activity to be maintained for as long as it may last.
On the other hand, according to Damasio (2021), neurocognitive functions will have matured in their
entirely from the age of 19, especially those that originate in the cortex
prefrontal, among which executive functions stand out. These functions are skills
cognitive abilities that allow self-regulation, organization and evaluation of conduct and behaviour,
contributing to the development of flexibility and adaptability in the development of cognitive tasks
(Alfredo et al., 2020).
The types of sustained and selective attention are considered cognitive abilities, since
They allow you to maintain attention without paying attention to the countless stimuli present in the environment,
which also allows this process to become one of the first behaviors
innate that become voluntary throughout development (Alfredo et al., 2020).
Likewise, Eckardt et al. (2020) mentions that, throughout the maturation process of the
person, aging processes occur that are directly related to the
lack of physical and cognitive activity. In the same context, Suzuki et al. (2022) has identified
that several attentional processes deteriorate with age, probably due to
loss of reserve and cognitive flexibility at mature ages. It should be noted that in both
investigations the sample obtained to obtain these conclusions mostly involves
people in mature adulthood and older adulthood who have completed at least a high school diploma
as level of education.