Resumen:
La familia es fundamental en el proceso de crianza, ya que es la primera escuela y modelo a
seguir de los niños/as, de ella depende en muchas ocasiones como el niño actúe y se comporte en la etapa escolar. Desde edades muy tempranas la familia es quien inculca y guía el proceso de crianza,
pone sus cimientos de amor, aceptación, afecto, abandono, entre otras enseñanzas para la vida.
Muchos estudios han demostrado que una disciplina inductiva basada en el amor con limites, tiene
efectos positivos, mientras que un enfoque permisivo o negligente puede tener efectos negativos.
Según (Chugñay, 2023) señala que las generaciones actuales buscan evitar los errores que
cometieron sus padres en su crianza, y cuentan con una ventaja significativa al contar con una variedad
de herramientas y recursos permite acceder a la información de forma rápida y eficiente. Los estudios psicológicos disponibles hoy en día permiten entender la relevancia de escoger un estilo de crianza
adecuado, que promueva el desarrollo psicológico del niño sin afectar sus necesidades emocionales,
psicológicas y afectivas. Esto contrasta con generaciones anteriores que no contaban con redes de
apoyo que ayudaran a guiar un proceso de crianza más enriquecedor. (p.13)
Además, (Chugñay, 2023) indica que uno de los principales motivos por los que niños y
adolescentes solicitan atención psicológica, neurológica o psiquiátrica es la presencia de conductas
disruptivas. Estas se manifiestan cuando se infringen normas sociales y se desafía la autoridad,
afectando los derechos de los demás. El Instituto Nacional de la Salud Mental (NIMH, 2021) reporta
que “las cifras han ido aumentando cada año, superando el 5% en 2022” (p.12). En tal virtud se calcula
que alrededor del 3,5% de los niños a nivel global presentan trastornos de conducta disruptiva,
caracterizados por un control deficiente o inexistente de impulsos y emociones (p.14).
Espinoza (2021) señala que en Latinoamérica se ha observado una relación entre los
alumnos que muestran conductas disruptivas y aquellos que han sido criados bajo estilos parentales negligentes o autoritarios. El comportamiento agresivo, en muchos casos, se ha convertido en una
Descripción:
The family is fundamental in the upbringing process, since it is the first school and model to follow.
follow the children, it often depends on how the child acts and behaves in the
school stage. From a very early age, the family is the one who instills and guides the upbringing process,
It lays its foundations of love, acceptance, affection, abandonment, among other teachings for life.
Many studies have shown that an inductive discipline based on love with limits has
positive effects, while a permissive or negligent approach can have negative effects.
According to (Chugñay, 2023), he points out that current generations seek to avoid the errors that
their parents made in their upbringing, and they have a significant advantage in having a variety
of tools and resources allows access to information quickly and efficiently. The studies
psychological tools available today allow us to understand the relevance of choosing a parenting style
appropriate, which promotes the psychological development of the child without affecting his emotional needs,
psychological and emotional. This contrasts with previous generations who did not have networks of
support that will help guide a more enriching parenting process. (p.13)
Furthermore, (Chugñay, 2023) indicates that one of the main reasons why children and
adolescents request psychological, neurological or psychiatric care is the presence of behaviors
disruptive. These manifest themselves when social norms are violated and authority is challenged,
affecting the rights of others. The National Institute of Mental Health (NIMH, 2021) reports
that “the numbers have been increasing every year,